Modelan energías de cura en y a través de
ustedes; estén tranquilos y reposen (…) Estando alertas absorberán más y mejor
estas energías (…).
La cura interna es el Sol
en ustedes abriéndose paso en y a través de la espesa bruma de ansiedades,
locuras y bloqueos…, pesadas cargas de otras vidas, es decir, en lenguaje
técnico: SKHANDAS que el Sol purga y quema a su paso en su intento y propósito
de volverse presente y radiante en la tierra, como lo es en el cielo.
El hombre no conocerá la “cura”
hasta que no sepa el significado de la verdadera cura, que es este que
les hemos dado.
Hasta ahora la cura ha sido manejada por la ciencia, tanto
occidental como oriental, con el auxilio, provechoso, claro está, de los reinos
mineral, vegetal y animal y también del reino elemental. Así han surgido
métodos de cura variados, como la Homeopatía, los métodos florales, la
Herboristería, la Antroposofía, y hasta métodos de meditación, afirmaciones
científicas, etc. La vitalidad de la esencia cósmica elemental ha sido empleada
en curaciones por magnetismo e irradiación (como la imposición de manos), a
través de muchos y variados métodos. Pero la CURA de la que aquí hablamos no
está vinculada a los agentes de los nombrados ó similares, pues es la verdadera
CURA interna, que no depende de agentes activos de la naturaleza para producir
una cierta sanación ó reequilibrio, sino que, como fue dicho, esta cura viene
desde lo hondo del ser humano, es la cura espiritual por excelencia, una cura
que no precisa de otra cosa más que de la predisposición interior, nada más.
PURIFICACIÓN es el proceso activado en esta cura. Dolor,
incomodidades varias, tanto físicas como emocionales y mentales son el
“síntoma”, y la AUTOCONSCIENCIA CRÍSTICA Ó SOLAR es el resultado ineludible.
Esta autoconciencia espiritual no puede florecer de
golpe, de un momento a otro, sino que es un proceso. El Sol Crístico en el
hombre va desprendiendo, purgando y quemando una a una las capas de sombras
psíquicas que conforman lo que ustedes llaman “ego” o “yo inferior”; hasta que
llega un instante en el cual, al igual que sucede al pelar una cebolla, no hay
mas capas. Este momento es el de la ILUMINACIÓN; aquí la comprensión real llega
y los conflictos cesan por completo.
El Plan Divino es un trazado arquetípico dispuesto para que la
raza humana alcance este “despertar de consciencia”. Por ahora, el Sendero de
este trazado maravilloso lo transitan pocos, una porción minoritaria de la Humanidad.
Estos que lo transitan son llamados por ustedes “discípulos” ó “chelas”, pero
son simplemente los humanos capaces de transitar el Sendero de la Conciencia en
forma consciente. El final del recorrido ó meta del chela es el Adeptado, que
lo coloca ante la puerta de la gran Iniciación ante el Señor del mundo, y con
una nueva y gran responsabilidad como agente activo para el desarrollo del Plan
Divino.
Ser discípulo es vivir entregado al Altísimo, dispuesto para
sacrificar todo lo humano y personal por lo Divino e impersonal. Este aspecto
es poco comprendido y es el más importante. Muchos hermanos poseen un gran
entusiasmo por las cosas que llaman “espirituales”, y muestran mucho interés, pero cuando llega
el momento de tener que sacrificar ó ceder algo de sí mismos por aquello que
buscan, se repliegan, volviendo sobre sus pasos que con tanta decisión parecían
haber dado. Esta es la realidad de muchos, los cuales no pueden ser llamados
discípulos, sino tan solo “aspirantes” al discipulado. Esta categoría de
individuos, los “aspirantes” se prueban durante sus vidas día a día, y algunos,
superando esas pruebas, son aceptados como discípulos y comienzan entonces el
duro trabajo de PURIFICACIÓN. La purificación es profunda y tanto física como
psíquica, removiendo todo el trasfondo de la consciencia, purgando capas de
creencias y condicionamientos hasta dejaros ‘vacíos’, sin “yo”, pero llenos de
una nueva Luz.
Esta purificación
algunas veces llega a manifestarse como “enfermedad”, pero recordamos que es
solo el síntoma ó etiqueta de un factor profundo de verdadera CURA INTERIOR.
El Orden Solar vuelve sensibles y activos en los planos sutiles
a los que transitan el Sendero.
Estén alertas, y sepan ver por qué y para qué están en esta
Tierra, caminando hacia la Luz Una.
Zakiamuni. El
Sol en vosotros.
(Recibido durante
el año 2010)
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